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Se dice que Chile carece de identidad. Llevamos años buscando una identidad gráfica que “se dice” que no existe, que nos quedamos estancados, que absorbemos códigos identitarios de otras naciones, pueblos o culturas.

Hoy en día se habla de racismo, inmigrantes, extranjeros, apropiación cultural, aspiracional,desclasado, flaite, cuico, pobre, rico. Por donde les miren todos tenemos identidad. Y todos estos mínimos rasgos identitarlos que siempre han estado con nosotros hacen una identidad conjunta.

Sin embargo, a mi también me costó darme cuenta y aceptar mi identidad, aceptar de dónde vengo,aceptar mi vulnerabilidad, la vulnerabilidad de mi barrio, de mis vecinos, de mi familia y amigos.

Me declaro comunicador visual, viendo la comunicación visual como algo que trasciende al diseño gráfico, viendo el diseño gráfico como algo tangible, el resultado de nuestra investigación, de nuestra identidad.

Poco a poco nos construimos a nosotros mismos, el sólo hecho de aceptar o cambiar nuestro lenguaje, cuestionar el género gramatical y decir que es una de las grandes fallas lingüisticas del español. Todo esto y mucho más construyen nuestra comunicación lo que nos lleva a nuestra identidad.

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El diseño gráfico marca un antes y un después en mi desarrollo como persona, en cómo de ahora en adelante me iba enfrentar al mundo, cómo iba a comunicar, cómo iba a habitar y lo más importante cómo me iba a definir a mi mismo.

En tercer año de universidad aún me cuestionaba si era un diseñador comercial o social, habiendo trabajado en un proyecto de reinserción social, una fundación del Gobierno de Chile, entre otras cosas, me di cuenta que ya comenzaba a forjar mi destino, mi identidad primero como persona y luego como diseñador. Dándome cuenta de detalles visuales, auditivos, texturas, conductas, entre muchas otras cosas.

Siempre me preguntan qué cuáles son mis referentes chilenos y si bien me fijo en estilos gráficos de mis compañeros de área, mis más grandes referentes son todas aquellas personas que veo desde que abro los ojos, desde que puedo sentir un aroma agradable o desagradable. Nuestro entorno debería ser nuestro más grande referente. Chile es un país saturado por donde se le mire, ¿cómo no vamos a tener identidad?.

Los dos primeros proyectos que se muestran al principio hablan de nuestra identidad, un juego de colores que siempre han estado ahí, imágenes de Chile, revueltas, mezcladas, batidas, un poco de todo, tatuado en nuestra piel, saturada, revestida, enamorada, dolida. Somos una Sociedad Anónima que no se da cuenta, que le dice que SI a todo. Somos Territorios y Personas que forman patrones infinitos, que se dejan llevar. Necesitamos comenzar a decir que NO, a cuestionar nuestro hábito y hábitat.

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Input (foto) hace eso. Input es un emprendimiento que tenemos con Mava mi compañera, en el cualbuscamos volcar el “streetwear” a algo chileno, algo saturado, algo que te digas a ti mismo, NO, yo no puedo usar eso, sin embargo lo usas porque te pertenece. Las marcas siempre buscan parecerse a Estados Unidos, las Europas, las Asías, minimalistas y monocromos. Nosotros no somos así, hay que aceptar nuestra identidad porque existe hace mucho tiempo.

Y para terminar les dejo invitados a asistir a uno de los más grandes proyectos del cual he sido parte, “Intensamente Violeta”, documental que retrata la vida de nuestra incomprendida Violeta a voces de personas que compartieron con ella y personas que la admiran. Para la construcción de esta pieza gráfica se toma el Árbol de la Vida que florece en cada rama el legado de Violeta, sin la necesidad de mostrarla a ella, porque ya es parte de nosotros.

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La identidad existe, sólo tenemos que aceptarla.

ROU NICOLÁS

COMUNICADOR VISUAL

SANTIAGO | CHILE

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